Este libro representa la mirada conservadora ampliamente difundida en las décadas de los sesenta y setenta sobre el rol del artista homosexual en el mundo del arte. El prólogo del libro del artista colombiano Pedro Restrepo Peláez lo escribió, curiosamente, un político liberal, Alfonso López Michelsen (1913?2007). En ese momento era el gobernador del departamento del Cesar —y entre 1974 y 1978 se convertiría en presidente de la República de Colombia (véase “Prólogo del libro El homosexualismo en el arte actual” [1094268]). Asumiendo posiciones discutibles, el libro de Restrepo Peláez es un acercamiento en la historia del arte colombiano del siglo XX (de obligada lectura) sobre el papel directo de la homosexualidad en el campo del arte.
El valor documental de este ensayo reside precisamente en que clarifica ciertos argumentos (o la ausencia de ellos) que de alguna forma lograron impactar socialmente al país, creando algunos estereotipos. Hoy en día persisten en Colombia y tildan al artista homosexual como sujeto arribista, esnobista, superficial y/o alienado. Asimismo, de estas visiones se puede desprender la creencia (arraigada en la poderosa capa conservadora de esta sociedad) de afincar las obras de contenido homosexual en los territorios de lo inmoral, lo degenerado y lo reprochable.
Sin duda, a finales de los años sesenta, la presencia homosexual en las artes de Colombia era especialmente fuerte: dramaturgos, actores, modelos, galeristas, críticos, historiadores y artistas homosexuales marcaban una presencia significativa en la escena artística nacional.
Restrepo Peláez se manifestó, a través de El homosexualismo en el arte actual, en primera instancia contra el arte de vanguardia per se (el cual, a su juicio, sería una creación esnob de homosexuales). Esto implicaba una ostensiva posición contra los homosexuales que decidieron ser artistas (lo que llevaría a un “afeminamiento del arte”); contra obras de temática homosexual (las cuales entrarían dentro del concepto de “vanguardia”); y contra los críticos que respaldaban una “actitud esnob” en el arte; es decir, la presencia homosexual en el campo artístico.