Trátase de una síntesis de las acusaciones que dirige Joaquim Inojosa contra Gilberto Freyre tras haber sido republicado en 1952 el “Manifesto Regionalista” [1926]. Según Inojosa, el autor ha falsificado la fecha de dicho manifiesto para legitimarse como el precursor de un pensamiento sistematizador en el estado de Pernambuco (noreste brasileño). Alega que, con ello, Freyre trata de cubrir su actuación, desde 1923, como “embajador” del arte moderno en esa región tras haber presenciado el desarrollo de la famosa Semana de Arte Moderna (São Paulo, 1922). A su juicio, él (Inojosa) ya había escrito una carta bajo el título de “A Arte Moderna”, publicada en la Revista Era Nova (estado de Paraíba) en 1924, y antes de eso editaba la revista Mauricéia —referencia a Mauricio de Nassau, gobernador holandés de la región— que se inspiró en el surgimiento del Movimiento Modernista. En sus iniciativas, confiesa Inojosa, se hace un llamamiento a los artistas de la región noreste a unir esfuerzos en torno a ese impulso paulista impregnado de ideas modernas europeas. Por lo tanto, juzga ser pionero del arte moderno en la zona y, especialmente, en Pernambuco. En passant, observa el carácter conservador y tradicionalista del “Manifesto Regionalista” de Freyre, quien, a capa y espada, ha tratado de ocultar sus vínculos con Vicente do Rêgo Monteiro, una figura vertebral de la vanguardia y que residió décadas en París.