En este texto Marta Traba (1923–83), crítica e historiadora del arte argentina, radicada inicialmente en Bogotá, se aproxima al problema que implica abordar (desde una perspectiva histórica) el arte en países latinoamericanos y de manera particular en Colombia. Las ideas que se presentan en este escrito resultan de interés para enfocar las tempranas nociones que involucra el trabajo de Traba; las cuales se concretan posteriormente en publicaciones tales como Historia abierta del arte colombiano (1974) y Arte de América Latina 1900-1980 (1980). En 1960, Traba concibe el arte —especialmente el latinoamericano— como el recorrido de una cultura en proceso de formación. Resalta, dentro de este proceso, la importancia de tareas de historia del arte en torno a determinar tanto puntos de partida como trayectorias que permitan que los partícipes se conozcan y se expresen. Todo ello, en la medida en que establezcan sus aportes creativos y los relacionen con las influencias europeas, Traba subraya la necesidad de trazar las dinámicas del arte con trabajos de orden histórico que, según ella y en países como Colombia hasta esa fecha, se habían formado de manera incipiente y fragmentada, lo cual impedía acercarse, metodológicamente, al carácter del hombre latinoamericano. Solamente desde entonces, a su juicio, las aproximaciones a la historia del arte colombiano comienzan a ser relatos autocríticos que trascienden el “provincial autoelogio”.