El escultor colombiano Julio Abril (1912–79), asociado a la vertiente artística del nacionalismo en Colombia, estudió en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Nacional de Colombia, siendo discípulo de los escultores Gustavo Arcila (1895–1963) y José Domingo Rodríguez (1895-1968). Entre 1940 y 1948 vivió en México, donde entabló amistad con el muralista mexicano Diego Rivera (1886–1957) quien afirmó que, en la obra de Abril, “habla la nueva plástica americana” (en “La escultura del colombiano Julio Abril”). Luego de destacarse en la producción de esculturas de bulto y monumentos con temáticas campesinas e indígenas, algunas de las cuales se hallan en la República Mexicana, Abril derivó hacia propuestas heterogéneas, dejando a un lado el trabajo con temas típicos del nacionalismo. Abril fue uno de los críticos más radicales de las posiciones de la crítica argentina, radicada inicialmente en Colombia, Marta Traba (1923–83), respecto a las tensiones entre nacionalismo y universalismo, o bien, localismo e internacionalismo en el arte de Latinoamérica. En este artículo, el escultor hace un señalamiento implícito a Traba como elemento reaccionario para el desarrollo de un arte latinoamericano cuando se refiere a las “cien trabitas engendradas por la televisora nacional”. Por otra parte, Abril incluye una referencia al contexto de la lucha armada en el país al mencionar las poblaciones campesinas de“Marquetalia, Sumapaz y de los llanos” como víctimas de la violencia, pues en estas poblaciones se conformaron los primeros grupos armados de izquierda en Colombia.