Esta enfática negación que realiza Gego (Gertrud Goldschmidt, 1912–1994) al concepto de “escultura” como género que designe a sus obras tridimensionales expresa la conciencia que Gego tenía sobre la singularidad de su práctica artística y, también, sobre el alejamiento de esta de los parámetros y conceptos tradicionales del arte. Sin embargo, la extensión significativa de este juicio, adquiere pleno valor a la luz del resto de sus escritos sobre este tema, y, de manera evidente, en su obra. “Material macizo” es el principio que, fundamentalmente, Gego objeta a la escultura, ya que su propósito en la obra tridimensional era totalmente lo opuesto, según lo conocemos por otros textos de la artista: en cambio, su búsqueda era la “transparencia”. (Cf: Gego, “No sé de donde viene”, 1981, y “Entrevista con Gego realizada el 17/4/81, 1981”).
Ya que, según la autora, su obra no podía clasificarse dentro de los parámetros tradicionales de la escultura, bajo el mismo espíritu de vanguardia, Gego denomina “bichos” a toda su obra tridimensional. Tal es el encabezamiento que escribe sobre la portada de los cuadernos en los que registra el conjunto de su obra tridimensional. Así, la palabra “bichos”, en el uso corriente que se hace de ella en Venezuela, denomina tanto a un “objeto impreciso”, como a un insecto. Es un término despectivo, además, con el cual la artista despoja de toda solemnidad a sus obras.
Este documento ha sido reproducido en: María Elena Huizi y Josefina Manrique (orgs.): Sabiduras y otros textos de Gego / Sabiduras and other texts by Gego (Houston: International Center for the Arts of the Americas, The Museum of Fine Arts, Houston y Fundación Gego, 2005).