Grace L. McCann Morley repasa en este texto los recientes acontecimientos en el arte latinoamericano, y ofrece una serie de sugerencias sobre cómo fomentar la apreciación del arte de Latinoamérica en los Estados Unidos. McCann Morley comienza recordándonos sobre la gran diversidad de los países latinoamericanos aunque, no obstante, caracteriza la mayor parte de la producción artística de la región como resultado de dos polos de influencia: o bien es producto del patrimonio precolombino o bien es derivado de los movimientos internacionales europeos. Destaca la “débil” o “poco original” naturaleza de gran parte del arte latinoamericano, que a menudo sufre por la falta de infraestructura en apoyo de la producción de arte. México y Perú son, en menor medida, buenos ejemplos de una gran producción artística basada en la cultura “indígena”, y Argentina y Cuba son países donde los movimientos europeos han florecido con buenos resultados. Pero McCann Morley advierte también que, sin lugar a dudas, gran parte de los curadores estadounidenses han sido incapaces de reconocer el valor de cierto arte latinoamericano de gran calidad, ello como consecuencia de su limitado conocimiento del contexto en el que fue creado. Finalmente, sostiene que los académicos y expertos deben adquirir mayores conocimientos de fondo para poder apreciar por completo el arte de la región y transmitirlo a su público. El arte latinoamericano, concluye McCann Morley, ofrece a los académicos la oportunidad de estudiar cómo se adoptan y asimilan los estilos importados y, además, suele ser una útil herramienta de enseñanza para el estudio de Latinoamérica.