En las serie de cuestiones preguntadas para el estudio de la Revista de Avance, a Alfonso Hernández Cata se le plantearon cuatro preguntas relacionadas con el amplio tema de la cuestión de la identidad “¿Que debe ser el Arte Americano?” (Qué debería ser considerado cómo Arte americano?) Hernández Cata aborda cada pregunta de forma separada y enumera las respuestas de tal modo que el lector pueda seguirlas. La primera es “¿Usted cree que el artista americano debería demostrar preocupación por América?” a la que él contesta que el trabajo de un artista americano debe y no puede dejar fuera la revelación de algún tipo de preocupación americana tanto si quiere como si no.
La segunda pregunta es “¿Cree Usted que la americanidad es una cuestión de óptica, de conformidad o del medio?”A lo que Hernández Cata contesta que la “americanidad” es una cuestión de alma, una necesidad, y que no importa si es percibida por los sentidos o por el consciente. El artista es una antena, una raíz, un altavoz de su generación y que el mismo recibe y expresa en una forma que las vibraciones de la gente de su tierra nativa añade/incorpora una fuerza internacional a la forma en que es percibida o expresada. Después Hernández Cata cita a Martí, quien fuera un héroe nacional cubano, que dijo que el patriotismo es la parte de la raza humana que alcanzamos a conocer.
La tercera pregunta es, “¿Cree Usted en la posibilidad de que el arte de todas las naciones de nuestras Américas compartan características comunes?” a lo que él responde, “creo que las diferencias externas entre los países americanos nunca serán tantas como para que impidan reconocer a los otros en sus pasiones y en sus relaciones con el paisaje, las ideas, o los sentimientos, ni siquiera la identidad a nivel de impedir resaltar a cada ciudad y a cada uno de sus artistas con ciertas figuras y colores.”
La última pregunta es, “¿Cual debería ser la actitud del artista americano hacia Europa?” Hernández Cata responde “Esta última pregunta sobre el estudio desplaza la curiosidad de 1929 sobre la doctrina de la conducta. La ética humana debería dictar en gran medida la actitud del artista americano respecto a lo europeo. Nada es mas expresivo en todos los sentidos, nada termina, la marca, el lugar de nacimiento, de estas civilizaciones surge igualmente con la belleza de los trabajos del artista. Todos los artistas son viajeros que intentan llegar a ese punto imposible de armonía por muy diferentes caminos. El artista europeo o el americano debe, disfrutar mutuamente, ser admiradores o objetores cordiales de sus trabajos. En suma, discípulos, convencidos de que la escuela del arte está y siempre estará dentro del individuo, y que ningún profesor, aunque potente y cautivador, será capaz de hacerles olvidar aquello que viene mas allá de nuestra memoria ni infundir aquello que está fuera del posible uso de nuestras almas.”