En este discurso pronunciado, en 1958, durante la inauguración de la Primera Bienal Interamericana de Pintura y Grabado por el cineasta y dramaturgo mexicano Manuel Álvarez Acosta, el autor explica que uno de los motivos para realizar esta Bienal fue la necesidad de afianzar los vínculos de amistad y promover un conocimiento más profundo de nuestras culturas. En ese momento, la Bienal no fue un suceso ajeno a la vida del país ya que México estaba siendo representado en el extranjero tanto en la Bienal de Venecia como en la Exposición de Burdeos. Dicho sea de paso, Álvarez Acosta menciona que México tendrá próximamente un museo de arte moderno. En la Bienal pudieron apreciarse numerosas obras con técnicas variadas y diferentes corrientes estéticas de 300 artistas.

Los países representados en la Bienal fueron: Argentina, Bolivia, Brasil, Canadá, Colombia, Costa Rica, Cuba, Chile, El Salvador, Estados Unidos, Guatemala, Haití, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú, Puerto Rico, República Dominicana, Uruguay y Venezuela.   Puerto Rico envió una comisión de artistas y fue Carlos Raquel Rivera (Yauco, 1923-) quien recibió uno de los premios de grabado. La historiadora del arte Shifra M. Goldman, en su artículo “La pintura mexicana en el decenio de la confrontación: 1955–1965” (Plural 6, no.85, oct. 1978, pp. 42–43) teje comentarios en torno a las Bienales Interamericanas de México.