En este texto, Mario Castillo describe las bases del término “perceptualismo” [perceptismo], concepto desarrollado por él para la creación y atisbo de pinturas empleado para situar su obra desde 1993. Sobre su proceso creativo, Castillo explica que se inspira en fuentes intelectuales que abarcan desde el posmodernismo al surrealismo, además de las enseñanzas de Don Juan Matus, un indio yaqui (según el relato del antropólogo peruano-americano Carlos Castaneda). En cuanto al efecto deseado, Castillo declara disfrutar la experiencia óptica de los que observan sus cuadros combinase el aspecto espiritual de mirar dibujos mándalas fijamente, con las vibraciones ópticas del movimiento de arte óptico (o sea, el chamanismo de Don Juan Matus con la óptica del impresionismo). Castillo finaliza resumiendo en cuatro pasos el proceso para la experiencia abierta por sus pinturas perceptistas: 1) al observador le atrae la pintura, 2) el observador centra la atención durante al menos treinta segundos y, a partir de ahí, percibe la vibración de la superficie de la pintura, 3) el observador afecta la apariencia de la pintura al mover su cuerpo, y 4) tras una observación prolongada, las imágenes comienzan a transformarse y “…puede que el observador comience a percibir un desvanecimiento, un deslumbramiento o un campo de energía activa”. “Al llegarse a esta última etapa”, concluye el autor, “el observador ha experimentado el perceptualismo”.