A partir de un mínimo de referencias escritas, los artistas podían establecer planteamientos políticos fundados en la imagen que opera como recurso comunicativo de especial relevancia. Las “calaveras del día de muertos”, o “calaveras políticas”, formaban parte de la añeja tradición del arte ligado a la vida política. En esta portada, el grabador Leopoldo Méndez (1902-69) trasmitió la postura política de la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR), a la cual pertenecía. Creada en 1933, esta Liga dispuso de su primer órgano de prensa sólo al final de 1934 y, de manera beligerante, criticó la apertura del Palacio de Bellas Artes ese mismo año, con la inauguración de un Monumento a la Revolución cuya construcción (como Palacio Legislativo porfirista) tuvo inicio interrumpido por el levantamiento nacional a la lucha armada en 1910. Los personajes denostados, el trotskista Diego Rivera (1886-1957) y del presidente del partido oficial (PNR), Carlos Riva Palacio ocupaban un palco. A lo lejos, en el foro, el compositor Carlos Chávez (1899-1978), recibía el aplauso tras el estreno de su Sinfonía proletaria. Frente a Frente era una consigna política que recogía la postura de la Internacional Comunista. Su propósito era el evitar, a toda costa, cualquier alianza con el social-fascismo, tendencia con la cual la LEAR caracterizó al gobierno interino de Abelardo L. Rodríguez (1932-34).