“La persistencia de lo discontinuo” del artista y académico Francisco Brugnoli (n. 1935) es un texto sobre la obra de Matilde Pérez (1916–2014) motivado por su exposición El ojo móvil, en el Museo Nacional de Bellas Artes (Santiago, 1999). La muestra ha sido considerada un hito que reconoció su larga trayectoria y se articuló dentro de un ciclo de exposiciones del MNBA denominado Antología de artistas chilenos contemporáneos. Pérez exhibió pinturas, grabados, collages y esculturas que esbozan su búsqueda expansiva más allá de sus inicios como pintora. Un ejemplo de lo anterior es la intervención en la arquitectura con sus obras como en el caso del Friso cinético instalado en la fachada del centro comercial Apumanque de la capital chilena.
Se considera a Matilde Pérez pionera del cinetismo en Chile, mientras que sus inicios estuvieron ligados a la abstracción geométrica. Ingresó a la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Chile en 1939, donde se integró al cuerpo docente desde 1951 (había comenzado su carrera como artista desde mediados de los cuarenta). En 1955 fue parte del grupo fundador de Rectángulo, iniciando así una exploración plástica que abandonó lo figurativo para enfocarse en la abstracción que privilegió dibujo esquemático y planos de color. Su obra se centró en estimular el ojo del espectador desde la idea específicamente cinética. Interés derivado de su encuentro tanto con Victor Vasarely (1906–97) como con el GRAV (Group de Recherches d' Art Visuel) a principios de los sesenta en París —véase en el Archivo Digital ICAA el (773122). Con Vasarely estableció un vínculo creativo y estrecho de amistad. [En referencia a Rectángulo —conocido antes como “Movimiento Forma y Espacio”— consúltese “El movimiento Forma y Espacio” (749831) de Antonio Romera].
A partir de 1970, Matilde Pérez incorporó electricidad en su obra para extremar el estudio del movimiento y su relación sensorial con el espectador. En general sus obras tratan el movimiento a través de la ilusión óptica vía color y forma, además, integran un cinetismo concreto a través de la luz. Resultado de una investigación que profundizó en los fenómenos físicos, entre ellos lo lumínico y la percepción.
Este texto de Brugnoli propone una genealogía para el arte chileno que, por lo general, establece nexos de dependencia con la historia del arte europeo. Su perspectiva crítica puede ser cotejada en relación a “Arte en Chile de veinte, treinta años” (745095) texto del intelectual Pablo Oyarzún (n. 1950), quien ofrece otra mirada ante el proceso de modernización del arte chileno centrado en el Grupo Signo (1962).