Reconstrucción testimonial y documental, sobre todo, de un movimiento artístico casi borrado de la historiografía, elaborada con minuciosidad por Luis Mario Schneider (1914-98). El cúmulo de referencias biblio-hemerográficas es de gran utilidad. Hay, además, cientos de referencias a intelectuales y artistas de la época.
El estridentismo, temprana vanguardia mexicana, surgió a fines de 1921, en paralelo al movimiento muralista. Su creador y por un tiempo único miembro fue Manuel Maples Arce, poeta veracruzano en declarada revuelta contra los poetas modernistas y la academia pictórica. Según lo manifiestan en sus desplegados y publicaciones, el movimiento era afín al dadaísmo, al futurismo, al ultraísmo y al creacionismo (en sus vertientes europeas y latinoamericanas). El estridentismo, por lo tanto, fue un movimiento centrado en estrategias de agitación vía un apego irrestricto a las estéticas maquinistas. Los estridentistas impulsaron una nueva sensorialidad urbana, donde las experiencias se agolpan de manera simultánea, a la par de la velocidad de la vida moderna. El nombre mismo del movimiento refiere al ajetreo citadino, pero, asimismo a su ruidosa voluntad de hacerse escuchar tanto por sus transgresiones como por sus excesos intrínsecos.
Siendo un movimiento de artistas implicados en la literatura, la música, la pintura, el grabado, la fotografía y la escultura; el estridentismo tuvo como centro de operaciones El Café de Nadie en la ciudad de México, y más tarde en Xalapa, Veracruz, donde sus miembros se involucraron con la revolución educativa. Dispuso de varios órganos de difusión, tales como la revista Ser, Irradiador y Horizonte.