Este texto del escritor, arquitecto y pintor de oficio, Pedro Prado (1886-1952) refiere un proyecto que el grupo de Los Diez intentó concretar. En agosto de 1916, el pintor Juan Francisco González (1853-1933), el arquitecto y fotógrafo Julio Bertrand (1888-1918), el escultor y escritor Alberto Ried (1885-1965) y el músico Alfonso Leng (1884-1974), fueron a visitar los terrenos para su torre, la que proyectaban de 33 metros de alto, cerca de Playa Blanca (Las Cruces), balneario de la región de Valparaíso.
Lo que caracterizó a Los Diez fue una idea conjunta sobre el desarrollo del arte en Chile, enriquecido desde las disciplinas que cada integrante representaba compartiendo, así, posturas ante su contexto sociohistórico. El vínculo lo establecía la amistad generadora de un espacio de encuentro y debate sin pauta programática a cumplir. Algunos de sus participantes fueron el crítico literario y periodista Armando Donoso (1887-1946); los escritores Augusto D’halmar (1882-1950) y Eduardo Barrios (1884-1953); los músicos Alfonso Leng (1884-1974), Acario Cotapos (1889-1969) y Alberto García (1886-1959); los pintores Juan Francisco González (1853-1933) y Julio Ortiz de Zárate (1885-1946); y el arquitecto y fotógrafo Julio Bertrand (1888-1918). Este último y Prado son los fundadores del grupo; primeramente formaron una sociedad de arquitectura definida como “la antesala de Los Diez”. Años antes —D’halmar, Ortiz de Zárate y Magallanes Moure, entre otros—se habían aglutinado en torno a la Colonia Tolstoyana, interesada por los planteamientos del escritor ruso León Tolstoi (1828-1910). Dicha iniciativa también reunió a artistas de diferentes disciplinas para discutir en torno al arte. [Véase, “Los pintores en el grupo de los Diez” escrito por Gaspar Galaz (765424) y “Notas de viaje” (749932) de Julio Bertrand Vidal].
En 1916 se realizó en la Biblioteca Nacional de Santiago de Chile la primera reunión del grupo, en esa ocasión Prado presentó su texto “Somera iniciación al 'JELSE'” (750445), en el que se establecieron algunas de las ideas que definieron al grupo. Allí Prado sostuvo que el lema de Los Diez era: “un lema no significa nada” y que lo fundamental era cultivar al arte desde la libertad, más allá de las normas de su enseñanza tradicional. Ese mismo año tuvieron su primera muestra colectiva. Participaron Prado, Manuel Magallanes Moure (1878-1924) y Alberto Ried (1885-1965), tres conocidos escritores haciendo su debut en la plástica en el Salón del diario El Mercurio. Prado exhibió pinturas; Magallanes Moure una serie de dibujos y aguafuertes; mientras que Ried expuso esculturas. De acuerdo a una nota de época, hubo buena recepción del público, reflejada en el éxito de ventas de sus obras, “significativo y alentador”.
Si bien “La Torre de los Diez” no llegó a concretarse, en 1923 el arquitecto Fernando Tupper (amigo de miembros del grupo) les extendió una invitación para participar de la remodelación de su residencia, una casona colonial ubicada en el centro de la capital chilena. En ella intervinieron Prado, Ortiz de Zárate y Ried, quienes realizaron nueve capiteles esculpidos y un portón tallado en madera. La casa fue vendida en 1929, no obstante, mantuvo su nombre así como sus características plástico-arquitectónicas siendo declarada monumento nacional en 1997. [Para una lectura que inserta al grupo en una revisión histórica del arte chileno véase “Pintura chilena a comienzos de siglo: hacia un esbozo de pensamiento crítico” (765578) de Pedro Zamorano y Claudio Cortés].