Martín Fierro (1924-27) ocupó un lugar destacado entre la gran proliferación de revistas de vanguardia que en Argentina, y más específicamente en Buenos Aires, se publicaron durante los años veinte. Fue dirigida por Evar Méndez, aunque durante el año 1925 Oliverio Girondo, Eduardo J. Bullrich, Sergio Piñero y Alberto Prebisch también participaron de la dirección. Contó con la participación de grandes escritores argentinos, como el mismo Girondo, Ricardo Molinari, Leopoldo Marechal y Jorge Luis Borges, entre otros; además de la participación de los artistas Emilio Pettoruti, Xul Solar y Norah Borges. Martín Fierro dejó de existir cuando, ante la candidatura de Hipólito Yrigoyen a la presidencia de la nación, el grupo integrante se divide entre aquellos que proponían introducir la política dentro de las páginas de la revista y aquellos que no. Esta discusión interna llevó al cierre de la publicación. Es importante destacar que Martín Fierro fue percibida por sus mismos contemporáneos como representante de la vanguardia en la Argentina. Xul Solar (Oscar Alejandro Agustín Schulz Solari, 1887-1963), destacado artista argentino, ligado a la renovación estética de la década de veinte, inventó una lengua artificial que denominó neocriollo en la cual había comenzado a trabajar hacia fines de la primera década del siglo. La misma partía de la fusión ente el español y el portugués. El neocriollo es clave en el proyecto vanguardista de Xul, ya que, a su entender, es la lengua que le corresponderá hablar a la “nueva raza”, al “nuevo hombre” que nacerá en América Latina. Leopoldo Marechal (1900–70), importante escritor argentino, autor de Días como flechas (1926), formó parte de la vanguardia nucleada alrededor del periódico Martín Fierro y tuvo una destacada trayectoria en las décadas siguientes. Uno de sus libros más importantes fue Adán Buenosayres (1948) donde varios de los personajes refieren directamente a escritores y artistas ligados a la vanguardia bonaerense de la década