Desde sus inicios, el Centro de Arte y Comunicación (CAYC) liderado por el gestor, artista y empresario Jorge Glusberg se propuso como un espacio interdisciplinario que pudiera generar un movimiento de arte experimental. Para ello, la conformación de redes de colaboración entre artistas y críticos locales e internacionales fue fundamental. Las exposiciones hicieron visibles esos intercambios, en los que la presentación de panoramas de tendencias o artistas individuales era una oportunidad para conocer las novedades del arte contemporáneo internacional; o bien de dar a conocer artistas argentinos y latinoamericanos en la escena mundial.
El inicio de la década de setenta marca un escenario de creciente conflictividad, fuertemente interpelado por el imperativo revolucionario. En este contexto, las discusiones acerca de la función del arte y del artista se vuelven cada vez más impregnadas de urgencia en la medida en que la radicalización política se acrecienta y la violencia se generaliza en el territorio argentino, en particular, y en la región como un todo.
Tras la participación de Haroldo González (n. 1941) en Hacia un perfil del arte latinoamericano (1972) se anuncia la presentación en la sede del CAYC de cuatro audiovisuales de su autoría. Figura activa en la escena del arte conceptual uruguayo, su obra abarca varias disciplinas: dibujo, pintura, grabado, audiovisuales, instalaciones, arte-correo y libros de artista. Junto a Jorge Caraballo y Clemente Padín, González desarrolla propuestas de arte correo hasta configurar una amplia red de colaboración con otros países. Para su presentación en Buenos Aires, reunió una serie de trabajos que reflexionaban sobre el contexto sociopolítico de Latinoamérica entonces avasallada por regímenes autoritarios y solo meses después de iniciada la dictadura militar en Uruguay. Como integrante del grupo El Dibujazo, procuró explorar nexos entre experimentación y dibujo, audiovisual y lenguaje. Dibujo en cinco lecciones (1972) implica una instalación interactiva, la cual instruye en el uso de los elementos básicos del dibujo a través de lecciones que parodian la restricción de la libertad. Trece diapositivas definen los elementos del dibujo y están sincronizadas con sonidos de aplausos, tipeo, disparos y risas que corren en una pista de audio adjunta. En El gran Zoo (1973) representa una adaptación libre sobre los Poemas del Gran Zoo del escritor cubano Nicolás Guillén (1902-89) con ilustraciones sobre el mapa de América del Sur y de gorilas. De evidente connotación política, la obra opera como denuncia de lo que sucedía a nivel dictatorial en la región, focalizando en la Operación Cóndor, plan general de tortura y represión política coordinado entre los aparatos ejecutores del Cono Sur y la CIA estadounidense.