En el catálogo de la primera muestra individual de Rodolfo Troncone (1920–2007) en el Museo Blanes, Mario Sagradini (n. 1946) contextualiza a ambos márgenes del Río de la Plata el movimiento Arte Concreto — Invención y su derivado: el arte Madí. Recupera la persona y la obra de este artista uruguayo que comenzó su trayectoria plástica elaborando objetos articulados en madera pintada, piezas transformables, el cual fue integrante de Madí desde 1946. Los artistas de ese movimiento llegaron a plasmar una ruptura con la “estética planista” recurriendo a superficies curvas o cóncavas; articulando diversas formas y colores; incluso jugando con la bidimensionalidad y la tridimensionalidad; trabajando con marcos recortados e/o irregulares; proporcionando un alto grado de libertad a la escultura tradicional; y generando arquitecturas móviles al tiempo que redefinían la cualidad de “objeto” en sus prácticas artísticas. Acogieron con espíritu crítico el legado de Joaquín Torres García (1874–1949), aunque renegando del misticismo y el tradicionalismo pictórico implícitos en sus propuestas constructivistas. Su Manifiesto fue publicado en el N° 1 de la Revista Arte Madí (1947) y ya translucía en él la propuesta de crear objetos con la atribución de “valores absolutos”, acuñados en el meollo de una nueva sociedad capaz de dominar el espacio y tiempo en todos sus sentidos. Sagradini recoge en su texto la ironía de la época; un buen humor basado en la confianza que las clases medias de ambas orillas rioplatenses habían conquistado para sí mismas, siendo apoyadas por la bonanza económica local en tiempos de la Segunda Guerra Mundial. A través de una narración de hechos y de anécdotas aparentemente intrascendentes —cuya relevancia solo puede ser interpretada si se poseen los códigos de una memoria estrictamente local— el autor da forma a un texto cercano al formato de la microhistoria para el conocimiento de todas aquellas redes interpersonales que se configuraron dentro de un momento clave del arte en el Río de la Plata. Uricchio (Troncone) desarrolló su inventiva a partir de su experiencia laboral como obrero fabril, sin formación específica en el campo del arte, a diferencia de su íntimo amigo Rhod Rothfuss, también integrante de Madí, creador de la teoría y la práctica del “marco recortado” [véase en el archivo digital ICAA de Rhod Rothfuss “El marco: un problema de plástica actual” (doc. no. 729833)]. El dato interesa por registrar un abordaje al arte abstracto desde una mirada cultural poco convencional, ajena al ámbito intelectual e ignorando ostensivamente la existencia y consistencia de las vanguardias europeas. Este dato es ilustrativo de la política de sustitución de importaciones en el Río de la Plata durante la Segunda Guerra Mundial —la cual generó pequeñas y medianas industrias en estos países— propiciando así un imaginario de progreso. Este fue cimentado sobre la base de una utopía tecnológica asociada a proyectos manufactureros, que si tuvo expresiones de eufórico futurismo (como en el caso de las propuestas de Gyula Kosice), tuvo también una ironía cargada de humor mordaz hacia una utopía maquinista de “entrecasa”. Tal es el objetivo de este documento que pone en destaque al propio Uricchio y según lo registran sus “máquinas inútiles”. El Movimiento de Arte Madí —fundado en 1946 por Kosice, el artista plástico alemán Martín Blaszko (1920–2011) y los artistas plásticos uruguayos Rhod Rothfuss [Carlos María Rothfuss; 1920–69] y Carmelo Arden Quin [Carmelo Heriberto Alves; 1913–2010]— formó parte de una gran revolución cultural que originó un encuentro notable y productivo entre las artes plásticas y otras disciplinas artísticas en Argentina. [Para más información, véanse los textos “Manifiesto Madí” (doc. no. 732008); “Madigrafías” (doc. no. 1307172); y el diccionario de términos inventados de Kosice, titulado “Suplemento para el diccionario MADI” (doc. no. 1297301)].