Lo más interesante de esta “lección”, donde Joaquín Torres García (JTG) explica su “método de medir” y los principios geométrico-matemáticos de la “proporción áurea”, es el papel que asigna a la actividad consciente en el proceso creativo, en paralelo a la liberación del inconsciente. En efecto, JTG insiste en que la personalidad del artista se “des-cubre” mientras deje fluir lo que está más allá de la conciencia en él; sin embargo, esto debe ocurrir en el estrecho espacio que permite el férreo control consciente de los procedimientos constructivos. En ese sentido, propone la idea de que mientras el artista concentra su atención (su conciencia) en el método de la medida y en la aplicación de las reglas constructivistas, su personalidad se manifestará automáticamente. Lo hará sin pensarlo en la obra, puesto que lo subconsciente podrá fluir “siempre que la actividad consciente esté ocupada en otra cosa”. Esto muestra que JTG no niega la importancia de lo inconsciente en el arte, solo que —a diferencia del surrealismo que ensalza su representación de manera programática— el maestro uruguayo lo limita (o lo encubre) mediante la actividad racional. Vale decir que el trabajo consciente pasa a ser la contención y el “continente” de lo inconsciente. Más aún, esta atención consciente de las reglas y de la aplicación de la medida en el proceso constructivo aleja al artista de la tentación por imitar “lo real visible” y le permite trabajar en el terreno que JTG considera específico del arte: el terreno mental y simbólico, que es aquel del orden de los signos, un terreno que no solo es en su doctrina el de lo estético, sino que también abarca el ámbito ético del artista. En esta lección, el maestro reconoce la dificultad que los artistas uruguayos han de tener para renunciar (de modo tan radical) a lo aprendido. No obstante, hace un llamado en esa dirección y vuelve con sus alusiones a una cristología que frecuentemente le sirve de referencia: “Tal como en el terreno místico, en el que el hombre ha de morir en la carne para renacer en el espíritu (la idea del Cristo eterno), así, ha de sacrificar el artista su pobre bagaje aprendido, para vivir en lo abstracto y al fin ser”. [Como lectura complementaria, véanse en el archivo digital ICAA los siguientes textos escritos por Joaquín Torres García: “Con respecto a una futura creación literaria” (730292); “Lección 132. El hombre americano y el arte de América” (832022); “Mi opinión sobre la exposición de artistas norteamericanos: contribución” (833512); “Nuestro problema de arte en América: lección VI del ciclo de conferencias dictado en la Facultad de Humanidades y Ciencias de Montevideo” (731106); “Introducción [en] Universalismo Constructivo” (1242032); “Sentido de lo moderno [en Universalismo Constructivo]” (1242015); “Bases y fundamentos del arte constructivo” (1242058); y “Manifiesto 2, Constructivo 100%” (1250878)].