Víctor Guédez (n. 1954), el académico y crítico de arte, escribe su ensayo acerca de la obra del escultor venezolano Víctor Valera (n. 1927). Representa una aproximación muy innovadora a su obra, negándose a partir cronológicamente desde el comienzo; al contrario, parte de su creación más reciente para conocer mejor, retrospectivamente, sus orígenes. Esto se corresponde con el actual e innovador trabajo del artista plástico, involucrado en sus fuentes originales para así reinterpretarse a sí mismo: reiniciar su obra siempre y escapar de esta manera al estancamiento y la repetición: esto deriva en una renovación. Guédez se enfoca en analizar y comprender un aspecto específico de la concepción que Valera tiene del arte: la autoconfrontación. Trátase, por lo tanto, de un estudio muy completo a nivel de contenidos, de alta complejidad conceptual y con una gran carga estética; impregnado de un intenso y profundo análisis de la proposición plástica del artista, Guédez descifra significados presentes en sus obras y desglosa su filosofía creativa de una manera sobresaliente. Fiel al estilo de redacción que lo caracteriza, Guédez recurre en diversas ocasiones a la enumeración de características, elementos y factores presentes en la obra de Valera, además de hacer una suerte de inventario de los atributos plásticos y las propiedades estéticas de sus esculturas. La principal virtud que encuentra el autor en Valera es la valentía; le sorprende cómo un artista consagrado —desde la seguridad que le aporta su trayectoria— es capaz de desprenderse del bagaje que acarrea más de cuarenta años de carrera artística para reiniciarlo todo desde el principio, cambiando radicalmente su estilo, un hecho que, en opinión del autor, parece inaudito. Comprende lo siguiente: una vez que Valera consigue todas las respuestas, decide replantearse de nuevo las preguntas.