La trayectoria del pintor, dibujante y diseñador gráfico venezolano Víctor Hugo Irazábal (n. 1945) es sometida a un detallado análisis desde el punto de vista formal, filosófico y psicológico por el crítico Víctor Guédez. La estrecha relación entre ambos encuentra antecedentes en las reuniones del autor y varios artistas (en la década de ochenta) con la finalidad de discutir sobre el arte de entonces. En tal sentido, el texto da cuenta de una prolongada mirada sobre los procesos creativos de Irazábal a lo largo de su carrera artística. Enfoque que enfatiza la dinámica interior del artista como motor del desarrollo de un lenguaje propio; ésto sin dejar de lado las variables procedentes del entorno en momentos determinados (situación sociopolítica, viaje de estudios, o actitud en defensa del dibujo frente al predominio de la pintura, etcétera).
Del mismo modo, el recorrido de Guédez ilumina la influencia de otras disciplinas en la obra de Irazábal (diseño gráfico y la comunicación visual), en algunas de sus soluciones expresivas; en especial vinculadas con la síntesis de las formas, principios del constructivismo y el operar a partir de módulos. Un aporte significativo del texto es la sistematización de la propuesta de Irazábal vía categorías específicas que caracterizan diferentes facetas de la obra: bien sea las relativas al proceso de investigación y creación, las vinculadas a aspectos formales e, incluso, las referentes al nivel de significación y modo en que los elementos revelan diferentes estratos de sentido. En todo caso, se reitera la relación entre el ámbito de la intuición/emoción y el de la razón, como mecanismo estructural.