Este ensayo del poeta y crítico alemán Kurt Leonhard (1910–2005) corresponde al texto introductorio de la única monografía publicada sobre Luisa Richter (1928?2015), la artista plástica venezolana de origen alemán. Resalta del ensayo la coterraneidad entre autor y artista, ya que Leonhard se vale de esta condición para comprender y explicar (basándose en su propia vivencia) el impacto que tuvo en Richter y en su obra la particular luz blanca propia del trópico y muy diferente a la de su Alemania natal. Producto del clima y la arquitectura de su residencia en Caracas, los juegos de luces cobran un papel fundamental; esto la llevó a dar un protagonismo inusitado al color blanco, pero no como anti color, sino como suma de todos los colores. Leonhard descubre que es “la emoción”, y no la razón, lo que impulsa a Richter a crear, convirtiendo sus obras en producto de recuerdos, vivencias y deseos, siempre percibidos desde un ámbito espiritual-sensorial. Considera a Richter como una de las mayores influencias en el desarrollo de la pintura no-figurativa alemana de posguerra, mientras observa cómo su obra va evolucionando de manera completamente imprevista, desde sus primeros años de formación artística en la ciudad de Stuttgart. El autor comprende que la obra de Richter abarca una diversidad de temas, técnicas y formatos, formando un conjunto coherente con una intención común.