Gego había instalado la Reticulárea en la exposición Latin American New Painting and Sculpture. Juan Downey, Agustín Fernández, Gego, Gabriel Morera [Nueva pintura y escultura latinoamericana] en el Center for Inter- American Relations Art Gallery, New York (Galería de Arte del Centro para las Relaciones Interamericanas, Nueva York), realizada entre noviembre de 1969 y enero de 1970. Si bien la muestra no fue muy comentada por los medios de comunicación neoyorquinos, la Reticulárea, en cambio, despertó gran admiración e interés de coleccionistas, académicos, curadores y directores de museos norteamericanos, según lo testimonia la vasta correspondencia que se encuentra en los archivos de la Fundación Gego; entre otras, el presente documento. Gego intercambia correspondencia con las autoridades del Everson Museum of Art, Syracuse, primero con James Harithas, su director en 1972 y luego con Sandra T. Blumberg, directora ejecutiva en 1974, en dos sucesivos intentos fallidos de exponer la Reticulárea en esa institución. La primera vez, en 1972, Gego en principio había aceptado, pero debido a un accidente en el brazo derecho que la obliga a guardar reposo tuvo que suspender el proyecto de participación. La segunda invitación, en 1974, fue hecha a través de Sandra Trop Blumberg y de Stanton Loomis Catlin —quien, para ese entonces, había dejado la dirección de la galería de arte del Center for Inter- American Relations de Nueva York para dirigir la Lowe Art Gallery de Syracuse University y ser curador del museo. Leída con una mirada retrospectiva, en esta correspondencia se revela la clara visión que tenía Gego, desde un comienzo, de su Reticulárea como obra de “sitio específico”, y sobre el difícil manejo —y en consecuencia, el destino— de las grandes obras de ambientación en los museos. Dos frases contundentes se destacan en esta correspondencia: “las piezas de la Reticulárea 1969-1970 finalmente están instaladas en la nueva ala del Museo de Bellas Artes de Caracas, y he decidido que más nunca viajen”, y más adelante: “Sus salas en el Everson Museum of Art invitan a hacer una obra ambiental enorme —la cual, luego de dos o tres instalaciones estaría condenada a morir, un hecho que yo no me puedo permitir”. De allí la importancia de esta carta, que en cierta forma anunciaba la situación de los montajes y cierres de la sala permanente de la Reticulárea 1969.Traducida al español por Sabina Islaeliatz en 2010, esta correspondencia, cuyo original está en inglés, forma parte de los documentos seleccionados para el libro bilingüe Desenredando la red. La Reticulárea de Gego. Una antología de respuestas críticas / Untangling the Web: Gego’s Reticulárea. An Anthology of Critical Response de María Elena Huizi y Ester Crespin (orgs.) —en proceso de edición por The Museum of Fine Arts, Houston y la Fundación Gego, Caracas.