El indigenismo pictórico tuvo su auge en el Perú entre las décadas de 1920 y 1930, y se inserta en un movimiento cultural e ideológico más amplio, centrado en la redefinición de la identidad peruana en función de sus componentes autóctonos. Si bien en determinados momentos estuvo principalmente abocado a la revaloración de lo indígena, también asumió la defensa de la diversidad étnica del país. Su principal ideólogo y líder indiscutido fue José Sabogal, en cuya propuesta influyeron los pintores regionalistas de España y Argentina, países donde el pintor pasó sus años formativos. Al volver al Perú, a fines de 1918, Sabogal se instaló por varios meses en el Cusco, donde realizó cerca de cuarenta óleos referidos a tipos y paisajes de esa región, exhibidos en Lima en julio de 1919. Aquella muestra se considera el inicio del indigenismo pictórico en el Perú, pues algunas iniciativas anteriores no tendrían un impacto comparable.
En 1920 Sabogal se integró a la plana docente de la nueva Escuela Nacional de Bellas Artes, para luego asumir su dirección, entre los años 1932 y 1943. Allí formó a un importante grupo de pintores que se adhirieron al movimiento indigenista, como Julia Codesido, Alicia Bustamante (Lima, 1905-1968), Teresa Carvallo (Lima, 1895-1988), Enrique Camino Brent (Lima, 1909-1960) y Camilo Blas (Cajamarca, 1903 – Lima, 1985). Hacia mediados de la década de 1930, sin embargo, se articuló una fuerte oposición contra esa tendencia, que pasaría a ser percibida como oficial y excluyente, hasta la subrogación de Sabogal de la Escuela Nacional de Bellas Artes en 1943. Para los seguidores del indigenismo se trató, sin embargo, de una disposición injusta, produciéndose un movimiento de adhesión a Sabogal expresado en cartas, notas periodísticas y eventos sociales.
Este documento da cuenta de la postura de los sectores conservadores que aprobaban el apartamiento de Sabogal y la reorganización de la escuela. A su vez, los partidarios del indigenismo promovieron un movimiento de adhesión al pintor, representado en otros documentos incluidos en este proyecto (“José Sabogal y la Escuela Nacional de Bellas Artes” de José Eulogio Garrido; “La Escuela Nacional de Bellas Artes” y “La dirección de la Escuela Nacional de Bellas Artes”, cartas firmadas por destacados intelectuales peruanos; “Homenaje a José Sabogal” que reproduce los discursos de José Gálvez y del mismo Sabogal; y “Presencia del Perú en la nueva pintura” de Guillermo Rouillón).