Esta publicación es uno de los primeros manuales conocidos en la historia del arte colombiano en que se enseñan elementos técnicos del dibujo con una intención plenamente artística. No se trata de una publicación destinada a las “escuelas de artes y oficios” (a la usanza de la época); por el contrario, está dirigida a artistas y estudiantes de arte en Colombia, y fue construida a partir de las conferencias de Alberto Urdaneta (1845−87) en el Colegio de San Bartolomé.
Además de artista, Urdaneta fue uno de los gestores culturales más importantes de la segunda mitad del siglo XIX en el país. De orientación política conservadora, fundó la Escuela de Bellas Artes de Bogotá en 1886; de hecho, la primera en su género en el país andino. Igualmente, dentro de sus emprendimientos se cuentan la fundación del Papel Periódico Ilustrado (1881–88), el primer periódico que empleó la técnica del grabado en madera en la historia de Colombia; así como también la realización de la primera Exposición Nacional de Bellas Artes (1886) cuya selección de obras permitió, por primera vez, visibilizar socialmente el patrimonio artístico del país y la revaloración crítica del artista virreinal Gregorio Vásquez de Arce y Ceballos (1638−1711), esfuerzo iniciado en 1859 por el historiador José Manuel Groot (1800–78).
Urdaneta asoció en varias ocasiones el arte con el ideal de “civilización y progreso”. El modelo de representación artística por él instaurado —a través de la Escuela de Bellas Artes, proyecto especialmente apoyado por el Presidente de la República Rafael Núñez (1880−82)— fue el academicismo; motivo por el cual este lenguaje terminaría encarnando el ideal de “civilización y progreso” cultural durante gran parte de la llamada República Conservadora (1886–1930).
En este sentido, el libro Conferencias sobre perspectiva y otros asuntos de dibujo, dictadas en el Colegio de San Bartolomé de Bogotá constituye una pieza clave para entender el pensamiento de Urdaneta. Es la única fuente primaria impresa conocida, escrita por él mismo, dando cuenta de su actividad pedagógica en el campo de las artes y, por lo tanto, de sus afinidades plásticas. En esta publicación, Urdaneta hizo afirmaciones tales como: “El fin u objeto de la pintura, como lo es en general el de las demás artes plásticas que de ella se derivan, es la representación, tan fiel como sea posible, sobre una superficie plana, de los objetos colocados delante de nosotros”. Al hacer referencia a la fidelidad de la imagen y a la representación exacta de la realidad en el arte, Urdaneta está asociando su discurso (y proyectándolo a la comunidad académica del Colegio de San Bartolomé), desde 1881, al realismo academicista.