El artículo del artista y crítico Leonel Estrada (1921?2012) “Una escultura difícil de percibir”, escrito con motivo de la exposición de esculturas de John Castles (n. 1946) en la Galería de la Oficina de la ciudad de Medellín (noviembre de 1977), se destaca porque diferencia tres etapas artísticas en la carrera del entonces joven escultor colombiano. Este análisis permite diferenciar varios momentos del proceso escultórico que Castles en principio heredó: el espíritu racional y constructivista del escultor Édgar Negret (1920–2012). De modo semejante, para esas primeras esculturas utilizó láminas de aluminio atornilladas; luego elaboró sus piezas con hierro soldado y, hacia 1979, con hierro fundido. Haciendo crítica constructiva, Estrada percibe que sus esculturas se asfixian y se vuelven maquetas en el espacio de la Galería; por eso, sugiere apreciarlas “a escala mayor” en un ambiente natural donde ganarían dimensión monumental y se integrarían con el entorno físico.
Este artículo, recortado del diario y conservado por Castles en su archivo privado, hace referencia a la tercera exposición individual del escultor después de participar por cinco años consecutivos en exposiciones colectivas y eventos de carácter nacional. La Galería de la Oficina fue creada hacia 1973 por el crítico, galerista y curador de arte Alberto Sierra. En esa época galeristas como Eduardo Serrano Rueda (n. 1939) y Alonso Garcés, en Bogotá, Miguel González (n. 1950) en Cali y Sierra en Medellín trabajaron de forma mancomunada, lo que permitió la circulación de exposiciones de arte contemporáneo por las tres ciudades mencionadas.
John Castles estudió arquitectura, primero en la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá (1966−69) y luego en la Universidad Nacional de Colombia (sede Medellín, 1969−72). Expone regularmente su trabajo escultórico desde 1975. Se ha desempeñado como profesor de la Universidad de los Andes, Universidad Jorge Tadeo Lozano y, en la actualidad, de la Academia Superior de Artes de Bogotá (ASAB).
A Leonel Estrada se le reconoce su labor como creador y director de las cuatro bienales internacionales de arte de Medellín patrocinadas por la empresa Coltejer, evento de gran trascendencia local para los artistas que sobresalieron en los años setenta. Es odontólogo de profesión con estudios posteriores en artes; miembro de la Asociación Internacional de Críticos de Arte (AICA). Fue uno de los principales promotores de la fundación del Museo de Arte Moderno de Medellín en 1978.