Lorenzo Jaramillo (1955?92) es considerado uno de los mejores coloristas neofigurativos de su generación, incluso comparable a Luis Caballero (1943?95) por su carácter de dibujante, a Norman Mejía (1938?2012) y Carlos Granada (n. 1933) por su descomposición figurativa, y ya sea a su maestro, Juan Antonio Roda (1921?2003) o bien a María de la Paz Jaramillo (n. 1948), por su vigor cromático y pictórico. El crítico Germán Rubiano reconoce la influencia en la obra de Jaramillo de expresionistas como Oskar Kokoschka, Paul Klee, Pablo Picasso o Rufino Tamayo.
Germán Rubiano Caballero (n. 1938) destaca a Jaramillo como representante de los movimientos neoexpresionistas que surgieron en Europa y los Estados Unidos, los cuales se oponían al conceptualismo y minimalismo del período. Esclarece, además, que el catálogo donde aparece el texto es publicado como una retrospectiva póstuma de Lorenzo Jaramillo en la Biblioteca Luis Ángel Arango en 1995.
En el documento, Jaramillo es caracterizado como un artista que exploró con insistencia la figura humana y las posibilidades expresivas del cuerpo. Rubiano refiere con detalle varias fuentes de las que se valió para construir un lenguaje plástico donde forma y contenido, simultáneamente, cobran interés. La cercanía y experiencia con el arte de la escenografía para montajes teatrales y su interés por el tema de la danza cobran importancia en su proceso creativo. Es innegable que la fuerza del color, la línea y la luz en las pinturas de Jaramillo son aspectos formales de su obra, dados tanto por sus experiencias de viajero infatigable como por sus constantes inquietudes sobre otros campos de la cultura: el teatro, el cine y la literatura, de donde extrae ideas que materializa en sus propuestas plásticas.
En otras palabras, la efusividad expresiva y atroz de Jaramillo es producto de un contexto de violencia y, según Rubiano, “su obra fusiona la subjetividad caótica del ser humano moderno, y a su vez, las vicisitudes individuales, generadas por una nación que trataba de alcanzar la modernidad en medio del provincianismo, la tradición, y la violencia. Sin embargo, Lorenzo Jaramillo va más allá de un ámbito definido, politizado o nacional, y explora con sus figuras laceradas, sus movimientos bruscos y amorfos las mismas entrañas del dolor y la angustia”.
Germán Rubiano es historiador del arte y se desempeña como docente e investigador en la Universidad Nacional de Colombia. Dentro de sus muchas publicaciones suyas se destacan: Escultura colombiana del siglo XX (1983), Arte de América Latina: 1981–2000 (2001) y los capítulos que escribió para la enciclopedia de Salvat de Historia del arte colombiano, entre otros.