El Presidente de la República general José María Campo Serrano (1832−1915) y su Ministro de Instrucción Pública, José Domingo Ospina Camacho (1843−1908), establecen, por decreto, la primera gran Exposición Nacional de Bellas Artes (llevada a cabo del 4 de diciembre de 1886 al 20 de febrero de 1887). Sin duda, fue la más importante exposición de arte en Colombia del siglo XIX, allí se reconocieron las disciplinas y/o áreas que configuraban las bellas artes de entonces. El dibujante, pintor y periodista Alberto Urdaneta (1845−87), realizador de la muestra, se erigió como uno de los fundadores de la curaduría moderna en Colombia, tomando partido de los ideales regeneracionistas de civilización, progreso y caridad.
La Exposición se realizó con una mirada claramente moderna, priorizando las obras de arte sobre sus dimensiones culturales y/o rituales. De esta manera, Urdaneta convirtió la Escuela en un museo temporal, reuniendo obras propias del gusto de la época y alejándolas temporalmente de sus custodias naturales; tal fue el caso del permiso, descrito en el documento, otorgado por el Arzobispo de Bogotá Joaquín Pardo Vergara (1843−1904) para exponer obras religiosas en un lugar distinto a iglesias y/o conventos donde usualmente permanecían. El arte asociado al lujo se mostró, con plenitud, junto a las enriquecidas colecciones de las rancias elites bogotanas; la de Urdaneta entre ellas.
La Exposición contribuyó a legitimar instituciones del arte como la escuela, el museo o Papel Periódico Ilustrado, publicación que permitió introducir al país novedosas técnicas de grabado en metal, fotografía, litografía y escultura. Fue significativa la participación de las mujeres en esta muestra; aunque sus obras fueron dispuestas en un espacio independiente, las exhibieron como ejemplo del virtuosismo y talento del “bello sexo” (forma masculina de denominar a las mujeres en esa época). El artista presente en dicha exposición como un gran redescubrimiento fue el pintor colonial Gregorio Vásquez de Arce y Ceballos (1638−1711), siendo elevado a la categoría oficial de “artista de la nación”, representante de los elementos patrios creados y transmitidos socialmente de una generación a otra por la Escuela de Bellas Artes.