Se trata de un debate que promueve la revista Módulo reuniendo a los fotógrafos Pedro Vásquez, Sebastião Barbosa, João Bosco, Januário Garcia, Milton Montenegro, Miguel Rio Branco y Guy Gonçalves. La presentación del mismo corre a cargo del crítico Marcus de Lontra Costa, quien parte de una discusión sobre la experiencia fugaz y frustrada de una galería, así como de una publicación sobre fotografía que emprende la Funarte (Fundação Nacional das Artes). Los antes mencionados participantes discuten la situación profesional del fotógrafo en el Brasil, la cual depende tanto de la dificultad del reconocimiento general de ese medio como arte como de su colocación en posición imprecisa y de inferioridad. Todo ello se refleja en el mercado artístico que ve la fotografía con extrañeza y muy diversas posibilidades de difusión. A seguir, se plantea el tema de su función o de un supuesto papel social donde el público al que se destina y la crítica que la considera son incapaces de ponderarla de alguna manera. En el debate se levantan otros temas: carencia de materiales, diferencia entre la foto artística y la comercial, la técnica, los temas indagados y la manipulación que sufre el medio vía agencias.  

De origen canario, Miguel Rio Branco (n. 1946) es, a su vez, fotógrafo y cineasta; como pintor ha hecho instalaciones de multimedia. Hizo estudios en el New York Institute of Photography (1966), trabajando como fotógrafo y director de películas experimentales en la Gran Manzana (1970–72), y luego dedicándose a cortometrajes durante la década siguiente, incluyendo obra documental de una fuerte carga social y poética. Con el paso del tiempo, Rio Branco fue reconocido como uno de los mejores creadores del fotoperiodismo en color. Compartió con dos colegas el premio principal otorgado como Prix Kodak de la Critique Photographique (París, 1982). En la actualidad, trabaja y vive en Río de Janeiro. 

La revista Módulo, fundada en la década de los cincuenta por el arquitecto Oscar Niemeyer (1907–2012), se convirtió a finales de los setenta y a lo largo de la década siguiente en uno de los principales vehículos informativos donde se reflexionaba sobre el arte, fungiendo como gran apoyo a la llamada “Geração 80”.

En referencia a otros artículos publicados sobre la obra del reconocido fotógrafo en los ochenta, hay el de Ligia Canongia publicado por la revista Módulo “Miguel Rio Branco: bons tiros na hora certa” [1110965], además del escrito por el profesor y crítico Wilson Coutinho “Fotografia: Miguel Rio Branco: aproximações” [1110964], donde enfatiza dos aspectos marcantes de la obra: “lo banal” y “el color”.