Al iniciar sus investigaciones en 1976 —y al poco tiempo de haber entrado en contacto con la tribu Asuriní , que vivían totalmente aislados de la civilización hasta ese momento—, la autora, Regina Polo Müller, empezó el registro de aspectos tradicionales de esa cultura virgen, reducida, en esa fecha, a sólo 60 individuos. La antropóloga se interesó, principalmente, en sus manifestaciones artísticas, trazos geométricos dibujados para decorar el cuerpo, así como de sus objetos. Entre tales dibujos encuentra como elemento preponderante el patrón “Tayngava”, en forma de grecas, de hecho, una imagen constitutiva del ser. Tayngava puede traducirse como réplica, medida o imagen. A juicio de Müller, la geometrización y la cobertura total del espacio (a modo de percepción visual) son tendencias que definen el dibujo Asuriní. Las formas abstractas con las que se realiza esta geometrización indicarían tres dominios cósmicos: la naturaleza, la cultura y lo sobrenatural.
[Como lectura complementaria sobre el arte indígena, estética y cultura en Brasil, consúltense los textos de Darcy Ribeiro: “Arte índia” (doc. no. 1110737); “Arte plumária dos índios Kaapor” (doc. no. 1110739); “Arte: a vontade da beleza” (doc. no. 1110735); “A transfiguração cultural” (doc. no. 785492)].