El autor busca correspondencias entre artistas brasileños de diferentes géneros (artes plásticas, música, literatura, cine y teatro), ya sean contemporáneos o no, bajo la tesis de que existe un trasfondo cultural liberador abierto en los veinte (por la generación modernista) y se radicaliza a finales de los sesenta (con la irrupción tropicalista). Las manifestaciones heterogéneas que se reflejaban por todo el Brasil en una “frenética vorágine”, durante los setenta, fueron fruto de la promesa tropicalista de descentralización cultural, de multiplicidad de formas y contenidos, de convivencia de tendencias opuestas (contradictorias incluso), pero no antagónicas. Para explicar de un sólo golpe una poética de cariz nacional y universal, Jorge Mautner menciona en su texto a: Oswald de Andrade (el creador de la “antropofagia” cultural), Ary Barroso (cantautor popular de samba), Carmen Miranda (la cantante que llegó a Holywood), João Gilberto (el creador de la Bossa Nova), Tarsila do Amaral (la pintora de Pau-Brasil y Antropofagia), Alfredo Volpi (el pintor concreto de temas populares), Dorival Caymmi, Nelson Cavaquinho y Cartola (cantautores de música popular brasileña de los cincuenta), Zé Carioca (el perico de Rio, personaje de Walt Disney en Los Tres Caballeros), Hélio Oiticica, Antonio Dias, Lygia Clark (artistas de la generación de cincuenta-sesenta), Glauber Rocha, Nelson Pereira dos Santos y Rogério Sganzerla (directores de cine), entre muchos otros. A juicio del autor, lo que pudiera identificarse en el texto como “irracional y místico” se consagra como parte de “un fenómeno científico”.