Esta es la primera respuesta del escultor Edgar Negret (1) (1920?2012) ante las críticas de la Academia Colombiana de Historia frente al diseño del monumento encomendado a él para la celebración de los 150 años de la muerte del Libertador, por el Ministerio de Obras Públicas y Transporte de Colombia. Negret había diseñado un enorme monumento (30x80x80 metros) —el más grande de América Latina (hasta entonces)— el cual se levantaría en la plazoleta que formaría parte del parque Simón Bolívar, en Bogotá.
Con esta respuesta se generó en Colombia una polémica en torno al arte abstracto y su pertinencia en el espacio público colombiano. Los historiadores antes mencionados afirmaban que “no se justifica una inversión tan cuantiosa en un trabajo que ningún mensaje cultural ni histórico le va a trasmitir al pueblo que necesita conocer a fondo los detalles de la gesta emancipadora”. Esto da paso a una verdadera avalancha de críticas, a lo largo del segundo semestre de 1980, cuyos argumentos impulsaron al Ministerio a declarar, en primera instancia, la cancelación del proyecto. Posteriormente, a expedir un segundo comunicado declarando que, en ningún momento, se ordenó el proyecto del monumento a Negret, quien lo realizó por cuenta propia. Se llegó a afirmar que los costos estimados para la realización del monumento eran excesivos y que no se habían hecho los trámites legales para su autorización.