Escrito en 1993, el texto forma parte de la discusión generada en torno a la eventual identidad que caracterizó la década de los noventa, en función de la celebración del Quinto Centenario del encuentro entre dos mundos (1492?1992). En ese momento, pensar en el arte latinoamericano fue también abrir discusiones esencialistas en torno a “la identidad”; fue re-pensar la manera de aproximarse a la producción de América Latina, intentando reconocer su diversidad cultural. Fueron características de ese momento celebratorio una serie de exposiciones de arte latinoamericano, principalmente en Europa y los Estados Unidos. Para muchos artistas y teóricos involucrados fue indispensable resistir las exigencias exotizantes del centro, por un lado, y ser contestatarios ante la presión, por el otro.
Carolina Ponce de León (nac. 1957), crítica y curadora colombiana, fue una figura muy influyente en el campo artístico del país desde mediados de la década de los ochenta. Fue directora de Artes Plásticas en la Biblioteca Luis Ángel Arango (Bogotá) y escribió regularmente para distintos periódicos nacionales (tanto El Tiempo como El Espectador). Gestionó la apertura de espacios de exposición para artistas jóvenes (bajo el programa Nuevos Nombres) y contribuyó a que se generara un dialogo entre Colombia y los demás países latinoamericanos. Desde 1994, vive y trabaja en Estados Unidos; al inicio vinculada curatorialmente a El Museo del Barrio (Nueva York, NY) y, posteriormente, a la Galería de la Raza (San Francisco, California) donde permanece hasta hoy.