La crítica argentina Elsa Flores vivió y trabajó como docente en Venezuela en los setenta y comienzo de los ochenta, de allí que sus críticas, muchas de ellas publicadas en la prensa, registran las primeras obras y muestras realizadas por artistas venezolanos. Más tarde, estos serán los máximos representantes del conceptualismo en el país valiéndose de nuevos lenguajes surgidos esos años.
Héctor Fuenmayor (n. 1949) se cuenta entre estos. El presente ensayo constituye un estudio erudito, cuya primera y más extensa parte está dedicada a la exposición de conceptos y teorías de numerosos filósofos, lingüistas y especialistas en comunicación y en artes visuales; entre ellos, Ludwig Wittgenstein y su teoría de las proposiciones fácticas y las analíticas; la distinción entre proposiciones artísticas y proposiciones científicas de Al Richards; las reflexiones sobre la especificidad del discurso poético (y artístico en general) de Charles Morris; el concepto de iconicidad de Luis J. Prieto; los estudios de Ferdinand de Saussure en relación a la dicotomía lengua/habla y, finalmente, la distinción entre tres tipos de arte conceptual que propone Simón Marchán-Fiz.
Es de gran interés la ruta de los orígenes y desarrollo del arte conceptual que traza Flores, ya que incluye en su génesis tanto al cubismo como a los collages de Picasso y de Braque. A juicio de la autora, los cubistas reemplazan la representación por la presentación, el nivel básicamente perceptivo por el preponderantemente conceptual, y en los collages de Braque y Picasso estaría el inicio de una presentación (tautológica) de la realidad; según destaca “un camino que va a hallar su culminación en los ready made de Duchamp”. La autora no se limita, como suelen hacerlo otros críticos, a rastrear las primeras manifestaciones de este arte en Malevich, Magritte o, radicalmente, en el propio Marcel Duchamp.
En cuanto al análisis del lenguaje conceptualista de Fuenmayor, este se encuentra sólidamente sustentado por la teoría. Partiendo de la tipología del arte conceptual propuesta por Marchán-Fiz, la autora encuentra que en la obra del venezolano hay dos registros: uno perceptivo y visual, el otro lingüístico, llegando a relacionarlos con artistas norteamericanos como Sol LeWitt y Joseph Kosuth.
El ensayo de Flores está reproducido en Catálogo/Guía de Estudio Nº 136. Exposición # 142.CCS-10. Arte venezolano actual (Caracas: Fundación Galería de Arte Nacional, 1993), pp. 28?29.