“Ars política”, el ensayo de la crítica argentina radicada en Colombia, Marta Traba (1923–83), se torna fundamental para reflexionar acerca de la historia del arte venezolano en relación a la política. Permite ponderar la transgresión artística, realizada por Tecla Tofano (1927?95), a concepciones estéticas y éticas de finales de la década de los cincuenta e inicios de los sesenta, imperantes en el circuito oficial del arte en el país. A través de este texto se tiene acceso a la producción artística de una de las exponentes del arte comprometido en Venezuela.
Tofano había egresado de la Escuela de Artes Plásticas y Aplicadas de Caracas en 1958; fue inicialmente ceramista, siguiendo los parámetros del estilo tradicional de arte utilitario. A principios de los sesenta, confecciona ya esculturas en pequeño formato en barro. Con ellas pasa a subvertir valores del arte institucional de la época, alteración que acuciosamente analiza Traba en este ensayo.
Al contrario de las extraordinarias compañeras ceramistas de Tofano como “Cristina Merchán, los Palacios, los Zielke, María Luisa de Tovar, Eduardo Gregorio y Reyna Herrera”, la mayoría de ellas, alumnas de Miguel Arroyo —quienes muestran destreza para tornear objetos “sublimes”, de uso práctico o decorativo—, en Tofano prevalece la intención de “decir” y no la “inocencia de modelar”, en opinión de Traba. En las obra de Tofano rige lo feo, lo barroco, lo abigarrado, lo asimétrico; y agrega que Tofano cuestiona “la sociedad de consumo, la moda, sus caprichos, sus atrocidades, su desgaste”, para construir un sistema de significación más cercano al arte sociopolítico que al ornamento mismo.
Traba, sin realizar una interpretación “polémica” de la obra de Tofano —como sería su costumbre casi siempre—, escribe un texto de profundas complicidades. Pareciera que ella misma se reconoce en las posturas ideológicas de la artista, quizá porque ambas comparten la idea del arte como producto cultural que delata hechos que evidencian las contradicciones políticas y sociales del entorno.
De manera semejante a Traba en sus escritos, Tofano (en cada una de sus piezas) cuestiona abiertamente la ideología del poder. Más aún, se empeña en mostrar su obra en galerías no comerciales; por ejemplo, en la Viva México y en Aztlán (ambas en Caracas) y casi nunca en museos. Con ello se ilustra su absoluta conciencia de la audiencia a la que se dirige, a aquellos que poseen ideas similares a las suyas, a los que asumen un compromiso sociopolítico, afín a la misma Traba, y a aquellos que tienen la “capacidad” de entender que el arte es un signo social, más que un “acto social”.
Esta exposición que reseña Traba, Lo que comen los que comen, fue inaugurada en la Galería Viva México, el 9 de marzo de 1973.